Proyecto Educativo

Colegios HVD: una apuesta por la excelencia educativa desde la formación integral

Conscientes de los diferentes escenarios en los que tiene lugar nuestra acción educativa y evangelizadora, las religiosas Hijas de la Virgen de los Dolores y los laicos que trabajamos en los colegios de la congregación, sentimos que nuestro carismas es una respuesta al qué somos, qué consideramos esencial de nuestra presencia en la educación de hoy, qué nos gustaría que los demás identifiquen en todos y en cada uno de nuestros centros educativos y qué legado nos gustaría dejar a la sociedad actual y a las futuras generaciones allí donde estamos presentes.

Los colegios HVD son una clara apuesta de presente y de futuro por la excelencia educativa desde la formación integral a partir de unos valores institucionales que vertebran la vida de nuestros centros y constituyen una herencia que estamos llamados a enriquecer y compartir con todo el alumnado y sus familias.



Sabiendo que somos herencia recibida y utopía educativa por realizar, nuestra Misión, Visión y Valores esboza los rasgos característicos y significativos de los colegios HVD, como institución educativa católica fiel a su pasado, comprometida con el presente y proyectada hacia el futuro.

En nuestros centros vivimos un ambiente familiar, alegre y sencillo donde cada uno se siente acogido y respetado; ayudamos a crecer en la fe y suscitamos actitudes de vida coherentes con esa fee; favoreciendo la espiritualidad mariana, que es espiritualidad de sencillez, fidelidad y servicio.

Nuestro estilo educativo

El estilo educativo de los colegios HVD se fundamenta en dos apuestas que están presentes desde el nacimiento de la congregación de las religiosas Hijas de la Virgen de los Dolores en lo que respecta a su presencia en el mundo escolar:

  • Educación integral: en los centros HVD favorecemos el crecimiento y la maduración de los alumnos en todas sus dimensiones (física, relacional, emocional, intelectual y espiritual). Promovemos su inserción en el mundo de forma responsable, crítica, transformadora y constructiva.

  • Educación desde la fe: en nuestros colegios la figura de referencia es Jesús de Nazaret. Su proyecto de vida, sus gestos, sus palabras, sus acciones están en el fundamento de cuanto somos y hacemos en la escuela. En todas las áreas curriculares y en toda la dinámica escolar de los colegios, el evangelio y el Dios, que por medio de Jesús en Él se revela, están conformando el fundamento y el fin de todo cuanto se proyecta y educa.

Nuestros centros son abiertos, inclusivos y acogedores de la diversidad. Vivir y compartir el evangelio de la alegría en la realidad en la que estamos nos invita a un nuevo modo de ser cristianos en un clima familiar, sencillo, vocacional, cercano y alegre... como experiencia evangélica y educativa fundamental basada en el pensamiento pedagógico del Padre Juan.

Un pensamiento pedagógico de la formación integral, de la opción por los más débiles, de la vivencia de los valores evangélicos, del descubrimiento de la propia vocación, del compromiso por la justicia y la solidaridad universal, y del respeto a la vida y a la naturaleza.

Nuestros criterios pedagógicos

Ateniéndonos a los rasgos más significativos de la pedagogía HVD, en la que "el alumno es el principal artífice de su propia educación" (P. Juan), estimamos necesarios que la línea pedagógica de los centros HVD tenga, entre las más importantes, las siguientes características:

  • Conocer la situación real de cada alumno y su entorno familiar y social

  • Cultivar de forma armónica, gradual y adaptada a la edad todas las dimensiones que conforman la existencia humana: física, intelectual, relacional, afectiva y espiritual

  • Trabajar por un aula innovadora, cooperativa, emocional, creativa, de proyectos, de alumnos autónomos... que estimula el desarrollo de las inteligencias de cada alumno

  • Poner en práctica continuamente una pedagogía personalizada que tenga en cuenta a cada alumno tal y como es, y que se acomoda a las características que demanda su propia individualidad

  • Seguir una pedagogía activa, que fomente la iniciativa, la creatividad y la búsqueda personal y grupal de las verdades y certezas

  • Enseñar a buscar espacios de interioridad frente al continuo acoso de la superficialidad en el que estamos sumergidos

  • Buscar que el alumno se sienta feliz en su trabajo, en las relaciones con los educadores y compañeros, en todas las actividades que constituyen la vida de los centros